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El vacío fértil...

Hoy me siento desconectado, neutro. En mí cabeza surgen mensajes: aprovecha el tiempo, haz cosas, tienes que preparar contenido para tus programas, actualizar tu web, meterle mano a la tecnología. Me entran correos electrónicos de un coach que me invita a preguntarme: ¿Cómo puedo tener más Fuerza de Voluntad? ¿Cómo puedo mantenerme motivado? ¿Cómo puedo ser más constante y conseguir mis objetivos? Pero mi cerebro simplemente no se pone en marcha. Y me mantengo en ese espacio. En Gestalt le llaman el vacío fértil. Y da miedo darnos permiso de estar ahí; son tan fuertes los mensajes que nos impelen a estar ocupados, a ser eficaces, a seguir dando pasos para conseguir nuestros objetivos… Y mi cerebro sigue negándose a ponerse en marcha. Y me dejo estar. Y empiezo a notar un dolor dulce, una especie de tristeza natural que me relaja el pecho e incluso me invita al llanto. Es un espacio tierno. Y me dejo estar ahí. Las voces que gritan en pos del logro, de la actividad, del
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El mecanismo de la comparación

Hoy la reflexión va de un mecanismo de nuestro ego que nos lleva a la tensión, o a la contracción y que incluso puede llevarnos a perder la paz y a la desesperanza. Es el mecanismo de la comparación. Este mecanismo se gesta a muy temprana edad. Nos comparaban con hermanos o hermanas, compañeros de escuela, familiares, etc. Y ese mecanismo lo hemos integrado y nos seguimos comparando, a veces resultando "ganadores" en la comparación, lo que nos da una sensación de superioridad; otras veces, la moneda da la vuelta y "perdemos" en la comparación, lo que nos hace sentir inseguridad, ansiedad o cualquier otra emoción que nos saca de nuestro centro. Cuando sientas ansiedad, inseguridad o pérdida de paz, puede deberse a varios mecanismos. Pon atención a tus pensamientos y date cuenta si te estás comparando. Fíjate cómo se siente tu cuerpo. ¿Se contrae? ¿Sientes miedo o ansiedad? Los mecanismos del ego son profundos y fugaces; tanto que a menudo ni nos damos cuenta de

No quiero salir de mi prisión

Me doy cuenta que, si quiero ser cada vez más libre, necesito trascender mis creencias. Y no solo hablo de las que ahora están en boca de todos los coaches y otros profesionales que nos dedicamos al desarrollo perosonal, las famosas creencias limitantes. Hay muchas creencias que alimentan mi "autoestima", fortalecen mi identidad y me dan seguridad y que son igualmente limitantes. Son las creencias que en apariencia me fortalecen pero que, a la vez, me separan del otro. De estas a veces es más difíciles liberarnos porque para hacerlo, necesitamos ampliar la mirada, salir de nuestra zona de comfort y pasar por momentos de inseguridad, inestabilidad e incluso angustia.  ¿Cuál es el mejor recurso para darnos cuentas de estas creencias? El espejo de la vida. ¿Qué dice de mí esa persona que no me cae bien y hacia la que siento rechazo? ¿Qué mensaje cifrado tiene esa situación en la que me encuntro que no me gusta? Si me hago sensible a ello, me daré cuanta que hay un mecanismo

Catalanes y otros ciudadanos de España, comadronas en un parto difícil

En la teoría gestáltica se dice que cuando una experiencia dolorosa no fue asimilada e integrada se queda un poso que se convierte en un proceso no cerrado que busca su culminación o cierre. A este proceso se le llama una getalt abierta . Estas gestalts abiertas se expresan como manifestaciones en las que el dolor contenido y creado en el pasado surge en la consciencia porque un evento en el presente lo desencadena.  En mi experiencia, estas gestalts abiertas se crean en nuestra infancia y siempre giran alrededor de situaciones en las que vivimos una o varias de nuestras necesidades como no cubiertas. Incluso hay quienes sostienen, yo así lo veo también, que estas gestalts abiertas pasan de generación a generación en lo que se llama trauma transgeneracional sistémico.  Todo conflicto presente, ya sea personal o colectivo, es una oportunidad de sanar nuestro pasado personal biográfico. No olvidemos que lo colectivo está formado por individuos y que cada uno lleva la carga dolorosa

Blog: ¿Dedos que hablan?

Hoy tuve una experiencia alucinante. Estaba desayunando tranquilamente cuando de repente oí voces. Miré a mi alrededor y no había nadie. Y no eran voces en mi cabeza; menos mal, porque si no tendría que ir al siquiatra. Dirigí mi vista hacia la mano que no estaba sujetando la taza de café y que simplemente reposaba sobre la mesa. ¡Las voces venían de dos de los dedos de mi mano izquierda!  Era una enfadada discusión que estaban teniendo mis dedos índice y cordial. El dedo índice le decía al dedo cordial, "Estoy harto. Estás a mi lado y no haces más que fastidiar mi existencia. Como eres más alto me eclipsas. Eres un arrogante que lo único que haces es menospreciarme. Además, como eres más grande, usas más sangre que yo. A veces tengo una sensación de hormigueo y es tu culpa; como toda la sangre se usa para alimentarte, yo me quedo con menos de ella para mí." El dedo medio se sintió muy molesto y le respondió, "¿Y tú? Lo único que haces es señalar: que si te robo la

Blog: Los mensajes de la Vida

La vida es un espejo. Nos refleja las áreas en las que tenemos que desarrollarnos para estar en armonía con Sus Principios. Y Sus Principios son nuestros prinicipios, aunque no lo reconozcamos. La cosa es: ¿Tenemos el mindset necesario para poder leer los mensajes que la Vida quiere transmitirnos? ¿Cómo desarrollamos ese mindset ? La primera condición es dejar de proyectar, de poner fuera lo que tenemos dentro. ¿Cómo sabemos que estamos poniendo fuera lo que tenemos dentro? Porque culpamos, nos sentimos víctimas de las circunstancias, de los acontecimientos y de las personas. Decimos, "Si tal persona no estuviera en mi vida, las cosas serían más fáciles." o "Si tuviera otro trabajo, sería más feliz." o quizá algo como, "Tal persona me saca de quicio."  Y tal vez es verdad, que nuestra vida sería diferente sin esas circunstancias difíciles. Pero si lo que hay fuera es un reflejo de lo que hay dentro, para transformarlo, hay que saber mirar y deshacer la m