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El mecanismo de la comparación

Hoy la reflexión va de un mecanismo de nuestro ego que nos lleva a la tensión, o a la contracción y que incluso puede llevarnos a perder la paz y a la desesperanza. Es el mecanismo de la comparación.




Este mecanismo se gesta a muy temprana edad. Nos comparaban con hermanos o hermanas, compañeros de escuela, familiares, etc.

Y ese mecanismo lo hemos integrado y nos seguimos comparando, a veces resultando "ganadores" en la comparación, lo que nos da una sensación de superioridad; otras veces, la moneda da la vuelta y "perdemos" en la comparación, lo que nos hace sentir inseguridad, ansiedad o cualquier otra emoción que nos saca de nuestro centro.

Cuando sientas ansiedad, inseguridad o pérdida de paz, puede deberse a varios mecanismos. Pon atención a tus pensamientos y date cuenta si te estás comparando. Fíjate cómo se siente tu cuerpo. ¿Se contrae? ¿Sientes miedo o ansiedad? Los mecanismos del ego son profundos y fugaces; tanto que a menudo ni nos damos cuenta de que están activos. Una forma de darte cuenta es a través de tus sensaciones físicas o emociones. El cuerpo no miente.

Tu camino es único. Estás en una senda de aprendizaje que es la perfecta para ti, a pesar de que las circunstancias de otros parezcan mejores o más deseables. Para mí, esta es la verdad. La comparación es una percepción errónea que no reconoce la verdad de la belleza de tu camino. El tuyo, que no es de nadie más. Respira y conecta con esta verdad cuando el mecanismo de comparación se active en ti por cualquier circunstancia.

A continuación comparto contigo un segmento de la lección 122 de Un Curso de Milagros:


¿Qué podrías desear que el perdón no pudiese ofrecerte? ¿Deseas paz? El perdón te la ofrece. ¿Deseas ser feliz, tener una mente serena, certeza de propósito y una sensación de belleza y de ser valioso que transciende el mundo? ¿Deseas cuidados y seguridad, y disponer siempre del calor de una protección segura? ¿Deseas una quietud que no pueda ser perturbada, una mansedumbre eternamente invulnerable, una profunda y perma­nente sensación de bienestar, así como un descanso tan perfecto que nada jamás pueda interrumpirlo?
El perdón te ofrece todo eso y más. El perdón pone un deste­llo de luz en tus ojos al despertar, y te infunde júbilo con el que hacer frente al día. Acaricia tu frente mientras duermes, y reposa sobre tus párpados para que no tengas sueños de miedo o de maldad, de malicia o de ataque. Y cuando despiertas de nuevo, te ofrece otro día de felicidad y de paz. El perdón te ofrece todo esto y más.


Perdónate, y respeta y venera tu camino, que es tuyo y único.

Te mando un abrazo cálido

Gerardo

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