La vida es un espejo. Nos refleja las áreas en las que tenemos que desarrollarnos para estar en armonía con Sus Principios. Y Sus Principios son nuestros prinicipios, aunque no lo reconozcamos. La cosa es: ¿Tenemos el mindset necesario para poder leer los mensajes que la Vida quiere transmitirnos? ¿Cómo desarrollamos ese mindset? La primera condición es dejar de proyectar, de poner fuera lo que tenemos dentro. ¿Cómo sabemos que estamos poniendo fuera lo que tenemos dentro? Porque culpamos, nos sentimos víctimas de las circunstancias, de los acontecimientos y de las personas. Decimos, "Si tal persona no estuviera en mi vida, las cosas serían más fáciles." o "Si tuviera otro trabajo, sería más feliz." o quizá algo como, "Tal persona me saca de quicio." Y tal vez es verdad, que nuestra vida sería diferente sin esas circunstancias difíciles. Pero si lo que hay fuera es un reflejo de lo que hay dentro, para transformarlo, hay que saber mirar y deshacer la madeja interna. ¿Y cómo podemos empezar a deshacer la madeja de dentro para que haya claridad y podamos transformar lo que hay fuera? De eso se tratan nuestras formaciones. En ellas aprenderás los principios básicos para empezar a deshacer la madeja. Al deshacer la madeja y tener claridad empezaras a transformarte y vivir de acuerdo a los Principios de la Vida, lo que te permitirá a su vez transformar tus circunstancias. La Vida quiere que seas feliz y para serlo, necesitas vivir de acuerdo a Sus Principios.
Hoy me siento desconectado, neutro. En mí cabeza surgen mensajes: aprovecha el tiempo, haz cosas, tienes que preparar contenido para tus programas, actualizar tu web, meterle mano a la tecnología. Me entran correos electrónicos de un coach que me invita a preguntarme: ¿Cómo puedo tener más Fuerza de Voluntad? ¿Cómo puedo mantenerme motivado? ¿Cómo puedo ser más constante y conseguir mis objetivos? Pero mi cerebro simplemente no se pone en marcha. Y me mantengo en ese espacio. En Gestalt le llaman el vacío fértil. Y da miedo darnos permiso de estar ahí; son tan fuertes los mensajes que nos impelen a estar ocupados, a ser eficaces, a seguir dando pasos para conseguir nuestros objetivos… Y mi cerebro sigue negándose a ponerse en marcha. Y me dejo estar. Y empiezo a notar un dolor dulce, una especie de tristeza natural que me relaja el pecho e incluso me invita al llanto. Es un espacio tierno. Y me dejo estar ahí. Las voces que gritan en pos del logro, de la actividad, del...
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